Retiro espiritual del mes de mayo


Sigue limitada la posibilidad de reunirnos debido al Covid-19, pero les hacemos llegar dos meditaciones del P. Agustín Sapriza, al igual que el texto del examen sobre los temas tratados.

Se recomienda  buscar un espacio tranquilo que ayude a la meditación y al examen frente al Señor.
También dedicarle  un  tiempo similar al que se destina en el Santuario  para los retiros mensuales, es decir aproximadamente una hora y media.

De lunes a viernes de 17,30 a 19,00 hay sacerdotes en el Santuario para atención personal, y recibir confesiones.


Primera meditación


Segunda meditación





Examen

1. Cuenta San Lucas que la Madre de Jesús “conservaba estas cosas en su corazón” (Lc 2, 51). Como Santa María, ¿me fío de Dios, y me doy cuenta de que es normal que yo no entienda todo lo que ocurre?

2. ¿En qué puedo mejorar para que mi casa sea luminosa y alegre, como la de Nazaret? ¿Recurro a la Virgen y a San José en las necesidades de mi familia?

3. “Hagan todo lo que él les diga” (Jn 2, 5). Para seguir este consejo de Santa María, ¿le ruego que me ayude a cumplir siempre la voluntad de Dios? ¿Acudo a la Virgen en las dificultades, para que me proteja?

4. Con el Rosario, se “aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor” (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 1). ¿Rezo piadosamente esta oración, si es posible en familia?

5. No hay amor humano verdadero y alegre en el matrimonio si no se valora la virtud de la castidad. ¿Confío en la gracia del sacramento del matrimonio para entregarme con generosidad a mi cónyuge?

6. ¿Qué medios pongo para ser fiel? ¿Soy prudente en el trato con las personas? ¿Enseño a mis amigos a evitar situaciones que puedan comprometer su matrimonio?

7. San Pablo dice que llevamos el tesoro del Evangelio en vasos de barro. ¿Pido al Señor con humildad la virtud de la santa pureza? ¿Se manifiesta la limpieza de corazón en mis pensamientos, en mis actos, en mis miradas, en el dominio de la imaginación y de los sentimientos? ¿Acudo la confesión cuando lo necesito, sabiendo que además del perdón, recibo la gracia de Dios para luchar?

8. “La pureza exige el pudor, que, preservando la intimidad de la persona, expresa la delicadeza de la castidad y regula las miradas y gestos, en conformidad con la dignidad de las personas” (Compendio, 530). ¿Se refleja esa dignidad en mi modo de vestir y de comportarme? ¿En mis conversaciones? ¿En el ambiente de mi trabajo y en mi hogar: publicaciones, programas de televisión, películas, etc.? ¿Ayudo a mis hijos en este ámbito?

9. ¿Reacciono con valentía ante situaciones chabacanas o sensuales? ¿Procuro poner todo de mi parte para que no se den? ¿Desagravio a Dios cuando veo que se le ofende? ¿Me doy cuenta de que mi ejemplo puede mover a otros a cambiar su vida, y que una omisión equivaldría a cierta complicidad?

10. El domingo de Pascua, el Señor dijo a las santas mujeres: “No teman”. ¿Confío en la gracia de Jesucristo Resucitado para poner en práctica los propósitos de este retiro? ¿Se lo pido a su Madre Santísima? ¿A quién podría invitar a participar en el siguiente retiro?